Encontré al hombre de mi vida encerrado en una cinta de la que jamás podrá salir. Es solo un personaje, el protagonista de una película. Sus palabras fueron ensayadas, escritas por alguien más. Yo no fui la estrella que se robó su corazón. Mi único consuelo es verlo, repetidas veces, haciendo el papel que alguien en algún momento pensó que podría ser real.
Perfección ensayada
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